La calidad del aire es un recurso vital que a menudo pasamos por alto en nuestras vidas cotidianas. Por este motivo, cada 7 de septiembre se celebra el Día Internacional del Aire Limpio, que nos recuerda que la contaminación del aire no solo afecta nuestra salud, sino que también tiene un impacto significativo en el medio ambiente.
El impacto de la calidad del aire en la salud humana
Uno de los motivos más evidentes para mejorar la calidad del aire es su impacto en la salud humana. La exposición a la contaminación del aire está relacionada con una amplia variedad de problemas de salud, desde enfermedades respiratorias como el asma y la bronquitis hasta enfermedades cardiovasculares o accidentes cerebrovasculares. Los niños, los ancianos y las personas con condiciones médicas preexistentes son especialmente vulnerables a estos efectos adversos.
Además de los problemas de salud a corto plazo, la contaminación del aire también puede tener efectos a largo plazo en el desarrollo cognitivo de los niños. Diferentes estudios han demostrado que la exposición a la contaminación del aire puede afectar negativamente la función cognitiva y el rendimiento escolar de los niños.
Las implicaciones ambientales de la calidad del aire
Como hemos dicho, la contaminación del aire no solo afecta a los seres humanos, sino que también tiene graves implicaciones ambientales. La liberación de contaminantes atmosféricos, como los gases de efecto invernadero, contribuye al cambio climático y al calentamiento global. Esto a su vez conduce a eventos climáticos extremos, como olas de calor, sequías e inundaciones, que tienen un impacto devastador en los ecosistemas naturales y la biodiversidad.
Además, la contaminación del aire puede tener un impacto directo en la calidad del agua y del suelo. Los contaminantes atmosféricos pueden caer al suelo o ser arrastrados por la lluvia, contaminando fuentes de agua y suelos agrícolas. Esto puede tener consecuencias graves para la seguridad alimentaria y la calidad del agua potable.
Por lo tanto, para abordar la urgente necesidad de mejorar la calidad del aire, se requieren acciones a nivel global, nacional y local. Algunas de las medidas que se pueden tomar incluyen:
- Promover fuentes de energía más limpias, como la energía renovable y la electrificación de vehículos.
- Mejorar la eficiencia energética en edificios e industrias.
- Fomentar el uso del transporte público y vehículos de bajas emisiones.
- Implementar regulaciones más estrictas sobre emisiones de contaminantes atmosféricos.
- Fomentar la reforestación y la conservación de espacios naturales.
La crucial importancia de la calidad del aire interior en los edificios
La calidad del aire interior en los edificios es un tema que a menudo pasa desapercibido, pero desempeña un papel esencial en la salud y el bienestar de las personas que pasan la mayor parte de su tiempo en espacios cerrados. Por este motivo, la metodología WELL cuenta con un concepto exclusivamente orientado a ofrecer medidas que garanticen la salubridad que respiramos en el interior de los edificios.
La calidad del aire interior puede verse afectada por una serie de factores, desde la ventilación y la contaminación del aire hasta la presencia de productos químicos y alérgenos. Además, hay que tener en cuenta que pasamos el 90% de nuestro tiempo en el interior de los edificios, y que el aire de estos espacios puede estar hasta 5 veces más contaminado que el del exterior.
Por todo ello, es innegable que la calidad del aire interior tiene un impacto directo en la salud y el bienestar de las personas; pudiendo acarrear problemas de saludo que incluyen:
- Enfermedades respiratorias: El aire interior contaminado puede desencadenar o empeorar afecciones como el asma, la rinitis alérgica y la bronquitis.
- Problemas cardiovasculares: La exposición a contaminantes como el humo del tabaco en espacios interiores puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Malestar general: Un ambiente interior incómodo debido a la mala calidad del aire puede causar fatiga, dolores de cabeza y falta de concentración.
- Enfermedades infecciosas: La falta de ventilación adecuada puede favorecer la propagación de enfermedades infecciosas, como el resfriado común y la gripe.
La calidad del aire interior también tiene un impacto significativo en la productividad y el rendimiento en entornos laborales y educativos. Los estudios han demostrado que un ambiente interior con buena calidad del aire puede aumentar la concentración, la creatividad y la productividad de las personas. Por el contrario, la mala calidad del aire puede llevar a una disminución de la productividad debido a la fatiga y la falta de concentración.
Mejoras y acciones necesarias
Para garantizar una buena calidad del aire interior, es esencial tomar medidas concretas:
- Ventilación adecuada: Asegurarse de que los edificios tengan sistemas de ventilación eficientes y suficientes para renovar el aire de forma regular.
- Control de contaminantes: Identificar y reducir fuentes de contaminación del aire interior, como productos químicos, alérgenos y humo de tabaco.
- Mantenimiento regular: Realizar un mantenimiento adecuado de los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC) para evitar la acumulación de contaminantes.
- Educación y concienciación: Informar a las personas sobre la importancia de la calidad del aire interior y cómo pueden contribuir a mantenerla.
Para conseguir estos objetivos es importante que dispongamos de un sistema de monitorización eficiente que nos permita determinar la calidad del aire que estamos respirando y adoptar las medidas necesarias para corregirlo en caso de ser nocivo.
En ITG-WELL hemos aprovechado nuestra experiencia evaluando activos certificados por WELL para crear un sistema de monitorización en tiempo real que ayuda a controlar en todo momento la calidad del aire interior que respiramos. Puedes saber más en nuestra página web o a través de nuestro flyer.