El 26 de marzo se celebra el Día Mundial del Clima, una fecha que pretende recordarnos la necesidad de adoptar medidas firmes frente al cambio climático. Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Europa es el continente del mundo en el que más se ha incrementado la temperatura media en los últimos años y las consecuencias van más allá del clima y afectan directamente a la salud de las personas.
- Incremento de Temperaturas Extremas: Las olas de calor son cada vez más frecuentes e intensas debido al cambio climático. Esta situación aumenta el riesgo de sufrir golpes de calor, especialmente entre los grupos vulnerables como los ancianos y los niños. Además, los edificios mal diseñados o sin sistemas de enfriamiento adecuados pueden convertirse en trampas de calor que agravan este problema e incrementan el agotamiento de sus ocupantes.
- Contaminación del Agua Potable: Los eventos climáticos extremos, como las inundaciones y las sequías, pueden comprometer la calidad del agua potable al contaminar las fuentes de agua o afectar la infraestructura de suministro de agua. El consumo de agua contaminada puede resultar en enfermedades transmitidas por el agua, como la gastroenteritis y la hepatitis. Por otra parte, el efecto de las inundaciones también puede generar moho en las estructuras afectadas, agravando problemas estructurales en función del material de construcción y provocando problemas respiratorios en las personas que utilizan el edificio.
- Alergias y Enfermedades Respiratorias: El aumento de las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera puede promover el crecimiento de plantas que producen polen, exacerbando los síntomas de alergias estacionales. Además, el cambio climático puede aumentar la frecuencia y la gravedad de los incendios forestales, liberando partículas finas y contaminantes en el aire que pueden desencadenar o empeorar condiciones respiratorias como el asma.
- Propagación de Enfermedades Infecciosas: El cambio climático está alterando los patrones de distribución de enfermedades transmitidas por vectores, como el paludismo y el dengue. Las temperaturas más cálidas pueden ampliar el rango geográfico de los animales que transmiten este tipo de patologías y acortar el ciclo de vida de los patógenos, aumentando así el riesgo de transmisión de enfermedades en áreas previamente no afectadas.
- Estrés Mental y Emocional: Los desastres naturales relacionados con el cambio climático, como los huracanes y las inundaciones, pueden tener un impacto devastador en la salud mental y emocional de las personas. La pérdida de hogares, la interrupción de la comunidad y la incertidumbre sobre el futuro pueden desencadenar ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático.
Abordar los problemas de salud derivados del cambio climático requiere una acción concertada a nivel mundial. Es fundamental reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar el calentamiento global y mitigar los impactos futuros. Además, debemos fortalecer la resiliencia de nuestras comunidades para enfrentar los impactos inevitables del cambio climático, garantizando un acceso equitativo a la atención médica y fortaleciendo los sistemas de alerta temprana y respuesta a desastres.
Otro aspecto fundamental es intervenir en el proceso constructivo de los edificios y los espacios interiores en los que pasamos gran parte de nuestro tiempo. Para ello, es importante tener en cuenta cuestiones relacionados con la sostenibilidad y la salud de las personas desde la propia fase de diseño. Algunos puntos a tener en cuenta son:
Diseño Resiliente: Los arquitectos y diseñadores deben considerar los impactos del cambio climático al diseñar edificios. Esto incluye la implementación de medidas de adaptación, como sistemas de drenaje adecuados para prevenir inundaciones y ventilación adecuada para mantener la calidad del aire interior.
Eficiencia Energética: Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero mediante la mejora de la eficiencia energética de los edificios no solo ayuda a mitigar el cambio climático, sino que también puede mejorar la salud de los ocupantes al reducir la exposición a contaminantes en el aire.
Promoción de Espacios Verdes: Integrar espacios verdes en el entorno construido reduce el efecto isla de calor urbano y mejora la salud mental y física de los residentes al proporcionar áreas para la recreación y relajación. Este aspecto está relacionado con los beneficios de la biofilia.
Educación y Concientización: Es crucial educar a los propietarios, ocupantes y profesionales del sector inmobiliario sobre los riesgos para la salud asociados con el cambio climático y cómo pueden tomar medidas para protegerse a sí mismos y a sus edificios. La formación en certificados de edificación orientados en la salud, como la metodología WELL, pueden ayudar a cumplir este objetivo entre los profesionales responsables de la construcción y planeamiento de edificios.
En definitiva, el cambio climático no solo tiene consecuencias ambientales, sino también efectos directos en nuestra salud, especialmente en el entorno construido. Al tomar medidas para abordar estos desafíos, podemos crear edificios más saludables y resilientes que protejan tanto a las personas como al planeta.