El radón es uno de los gases más nocivos para la salud de las personas. Se trata, además, de un gas radiactivo que se produce de forma natural a partir de la descomposición del uranio en el suelo. Su presencia está muy relacionada con las características geológicas del entorno, especialmente en aquellos territorios donde predomina la roca granítica. Además, al ser inodoro, solo puede detectarse a través de la medición del aire.
El principal peligro del radón es su carácter cancerígeno, ya que su inhalación prolongada es un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de pulmón; siendo, después del tabaquismo, el segundo causante principal de esta enfermedad. Las autoridades sanitarias españolas son conscientes de este peligro y han puesto en marcha diferentes normativas y regulaciones para evaluar el nivel de radón en las diferentes regiones de España y fomentar medidas de prevención y control.
Los estudios realizados por el Ministerio de Salud confirman que este gas es un desafío para la salud pública y, si bien su presencia varía en las distintas Comunidades Autónomas, la mayoría cuentan con algún porcentaje de su territorio afectado. Según el mapeo realizado por las autoridades sanitarias en España, estas son las áreas del país más afectadas:
- Galicia – 70%
- Extremadura – 47%
- Madrid – 36%
- Canarias – 19%
- Castilla y León – 19%
- Cataluña – 16%
- Asturias – 12%
- Ceuta – 11%
- Castilla-La Mancha – 10%
- Andalucía – 8%
- Navarra – 6%
- País Vasco – 2%
- Aragón – 2%
- Murcia – 1%
Galicia es, con mucha diferencia, la Comunidad Autónoma más afectada, habiéndose notificado la presencia del radón en casi la totalidad de su territorio. Le sigue Extremadura, donde la presencia de este gas se ha evidenciado en casi la mitad de la región.
Ambas comunidades cuentan con estudios y protocolos específicos que pretenden proteger a la población de los efectos nocivos del radón. Los últimos informes han aportado datos alarmantes, como que se ha detectado este gas en el 20% de los espacios de trabajo en Galicia, y el mismo porcentaje en las viviendas de determinadas zonas. En Extremadura, se ha notificado la presencia de radón en un 15% de los edificios públicos de la Junta.
El radón es un problema que tiene solución
Si bien su presencia es preocupante, con una adecuada estrategia de prevención y las medidas adecuadas, el radón puede aislarse y evitar cualquier perjuicio para la salud de las personas. Las propias características del gas, hacen que su propio peso le dificulte ascender, motivo por el cual su presencia es mayor en los primeros pisos y los sótanos de un edificio. Además, el grado de ventilación también influye en su impacto, ya que su dispersión es mayor en espacios abiertos, siendo especialmente alta y peligrosa su acumulación en espacios cerrados.
Hay una serie de medidas que ya se están aplicando en los territorios más afectados y que contribuyen a evitar la exposición a este gas:
- La regulación y las normativas, si bien pueden varias en los distintos territorios de España, siguen las directrices establecidas por la Unión Europea y fomentan la investigación, la evaluación y el mapeo del radón. De manera que se puede prevenir e intervenir en las zonas más afectadas.
- Concienciar y divulgar los peligros de exponerse a este gas es otra medida fundamental. Alertar a los gobiernos locales y a la ciudadanía, aportando información veraz y contrastada, ha permitido que se incremente el número de mediciones solicitadas en hogares y lugares de trabajo públicos y privados.
- Otro aspecto importante es adaptar las prácticas constructivas en aquellos territorios más afectados. Los códigos técnicos de la edificación de los lugares con alta presencia de radón, deben contemplar la aplicación de sistemas constructivos diseñados para eliminar la presencia del gas, ya sea con un adecuado aislamiento de los niveles inferiores del inmueble, un adecuado sistema de ventilación o el uso de materiales y técnicas de absorción.
- La medición y monitorización continuada de los niveles de radón es clave. Al tratarse de un gas indetectable para el olfato, la vista o el gusto, solo podemos constatar su presencia a través de sistemas de medición. Afortunadamente, hay empresas que pueden proporcionar un sistema de monitorización en tiempo real que permite alertar de su presencia o evaluar las medidas. Los nuevos sensores del sistema de monitorización de ITG-WELL cumplen esta función a través de la evaluación continua de la calidad del aire interior.
Las técnicas constructivas para eliminar o aislar los efectos del gas radón ya existen y se ha demostrado su eficiencia, sin embargo, sin una correcta evaluación y monitorización del aire interior nunca podremos localizar su presencia y tomar las medidas necesarias. Puedes consultar más información sobre el radón y como prevenirlo, aquí.