La calidad de nuestros entornos construidos juega un papel fundamental en nuestra salud y bienestar. Pasamos la mayor parte de nuestras vidas en el interior de los edificios, ya sea en nuestras casas, lugares de trabajo y estudio o espacios de ocio. Por este motivo, es crucial comprender el impacto que los edificios tienen en nuestra salud y cómo podemos optimizarlos para promover un entorno habitable. A continuación, exploramos algunos de los aspectos más importantes a la hora de valorar el impacto de los edificios en el bienestar de sus ocupantes.
Diseño bioclimático y salud: El diseño bioclimático se refiere a la creación de edificios que aprovechan las condiciones climáticas locales para maximizar la eficiencia energética y mejorar la comodidad de los ocupantes. Un enfoque de diseño bioclimático adecuado puede tener un impacto positivo en la salud. Por ejemplo, la incorporación de fuentes de luz natural en el diseño de un edificio puede mejorar la calidad del sueño, regular el ritmo circadiano y reducir los trastornos del estado de ánimo.
Calidad del aire interior: La calidad del aire interior es un aspecto crucial para la salud en los edificios. La mala ventilación, los contaminantes químicos y las partículas suspendidas pueden tener efectos negativos en nuestra salud respiratoria, aumentando el riesgo de alergias, asma y otras enfermedades respiratorias. Un buen sistema de ventilación, la elección de materiales de construcción no tóxicos y la filtración adecuada del aire pueden mejorar significativamente la calidad del aire interior y promover la salud de los ocupantes.
Acústica y salud: El ruido excesivo en los edificios puede ser perjudicial para nuestra salud mental y física. La exposición continua a niveles altos de ruido puede aumentar el estrés, afectar el sueño y disminuir la concentración. Por otro lado, un diseño acústico adecuado que reduzca el ruido no deseado puede crear un entorno tranquilo y propicio para el descanso y la productividad.
Espacios verdes y conectividad con la naturaleza: La incorporación de espacios verdes y la conexión con la naturaleza en el diseño de los edificios puede tener beneficios significativos para nuestra salud y bienestar. Los estudios han demostrado que estar cerca de la naturaleza puede reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y promover la recuperación física y mental. Los edificios que cuentan con áreas verdes, jardines en la azotea o patios internos ofrecen a los ocupantes un contacto directo con la naturaleza, creando un entorno más saludable y agradable.
Ergonomía y diseño amigable para los ocupantes: El diseño interior de los edificios también juega un papel importante en nuestra salud y bienestar. Un enfoque ergonómico en el diseño de muebles, iluminación adecuada, espacios de trabajo bien organizados y diseños que fomenten la actividad física pueden mejorar la comodidad y prevenir lesiones. Asimismo, la incorporación de elementos de accesibilidad en el diseño garantiza que los edificios sean inclusivos y accesibles para todas las personas.
Tanto el diseño bioclimático como la calidad del aire interior, la acústica, la conexión con la naturaleza o la ergonomía, son aspectos relacionados con los conceptos que evalúa WELL. Al invertir en un diseño consciente y saludable, creamos espacios que nos apoyan y nos ayudan a prosperar como individuos y como sociedad.